sábado, 15 de junio de 2013

   Un buen Dómino cuida a su Sumisa, se preocupa por ella, que este bien, desea su felicidad, la escucha, la apoya en sus decisiones, la anima.

  En una sesión, la disciplina la moldea según sus preferencias, la castiga para corregirla, la recompensa, tienta sus limites con respeto a lo pactado, despacio, vehemente, observa sus reacciones y como responde su cuerpo.

  Al final de la sesion, el Dómino se siente como un Rey, como un Rey justo que ha hecho un uso racional de su legitima Propiedad.

 Una Sumisa se siente cuidada, especial para su Amo, protegida, respetada.
 En una sesión, se entrega, entrega su cuerpo y su voluntad, complace, agradece, se sobrepone, se supera, sabiendo que su Amo disfruta de ella, solo de ella.

 Al final de la sesión, ella se siente una Reina. La humilde Reina de su Amo.


 Sir Maguix


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